martes, 26 de mayo de 2015

Los comunicadores más mencionados en Twitter


26 mayo 2015.- Son conductores de noticieros, articulistas, moneros, columnistas, reporteros, productores de información... Estos son los comunicadores más mencionados en Twitter, en la semana del 18 al 24 de mayo (medición realizada el 24 de mayo a las 23:40 horas):



Periodista ….                   #Menciones      (posición semana anterior)


1.         @epigmenioibarra …….. 129,411     (1)
2.         @aristeguionline ……….    94,339     (2)
3.         @DeniseDresserG ………. 55,202     (3)
4.         @PedroFerriz …………..…. 34,468     (5)
5.         @lopezdoriga ……………… 33,084     (4)
6.         @julioastillero ……………. 23,328     (6)
7.         @CarlosLoret ……………… 17,538     (8)
8.         @jenarovillamil ………….  14,949     (11)
9.         @brozoxmiswebs ……….  11,707     (10)
10.       @marthadebayle ……….. 10,874     (7)
11.       @JohnMAckerman ………. 9,400     (9)
12.       @JoseCardenas1 ……..….. 6,523     (16)
13.       @TapiaFernanda …………. 6,489     (13)
14.       @beltrandelriomx ……….. 6,129     (19)
15.       @RicardoAlemanMx ……. 6,089     (15)
16.       @jrisco ........................... 4,088     (17)
17.       @Adela_Micha ……………. 4,078     (22)
18.       @monerohernandez ……. 3,888     (30)
19.       @SanjuanaMtz ……………. 3,852     (37)
20.       @sergioaguayo ……………. 3,441     (18)
21.       @JcbZabludovsky ........... 3,221     (38)
22.       @qtf ……………………………. 3,195     (20)
23.       @alvaro_delgado ………… 3,097     (24)
24.       @ahelguera …………………. 3,024     (23)
25.       @VILLALVAZO13 ………….  3,016     (12)
26.       @CiroGomezL………………. 3,007     (26)
27.       @LuisCardenasMx………… 2,973     (21)
28.       @JavierSolorzano ………… 2,364     (32)
29.       @YuririaSierra ……………... 2,348     (29)
30.       @monerorape ................ 2,188     (45)
31.       @MaguMonero ……………  2,177     (27)
32.       @FedericoArreola ……..… 2,096     (39)
33.       @Leon_Krauze ………..…… 2,035     (14)
34.       @Paola_Rojas_H …………. 1,998     (40)
35.       @inakimanero …………….. 1,906     (35)
36.       @lydiacachosi …………..…. 1,905     (28)
37.       @Patriciomonero ………… 1,899     (47)
38.       @carolina_rocha_ ……….. 1,708     (33)
39.       @puigcarlos ………………… 1,635     (36)
40.       @AlvaroCueva …………….. 1,544     (34)
41.       @Denise_Maerker ………. 1,541     (25)
42.       @rivapa ………………………. 1,507     (46)
43.       @mariocampos .............. 1,495     (50)
44.       @jairocalixto ……………….. 1,460     (43)
45.       @genarolozano .............. 1,399     (52)
46.       @leozuckermann ………… 1,376     (42)
47.       @fisgonmonero ............. 1,365     (41)
48.       @SergioSarmiento ………. 1,235     (44)
49.       @kdartigues ................... 1,218     (51)
50.       @PabloHiriart ................ 1,217     (54)
51.       @MarioBeteta ................1,160     (31)

Por debajo de estos números quedaron los de: @J_Fdz_Menendez (965), @ezshabot (846),  , @ruleiro (670), @franciscozea (606), @macariomx (584), @karlaiberia (549), @jshm00 (513), @Javier_Alatorre (461), @RicardoRocha_MX (432), @AnaPOrdorica (406), @monerorictus (340), @aguirre_alberto (123), @JoseCarreno (93), @ericktvazteca (72), @creyesnoticias (66).


Los números fueron obtenidos con la herramienta Topsy.com para los últimos siete días.


[El listado es una ampliación del ranking de periodistas tuiteros publicado en enero pasado por la revista Forbes. Se anexaron varios nombres para cubrir notorias ausencias  [http://www.otroangulo.info/de-la-web/cuestionamientos-a-forbes-y-la-lista-de-periodistas-influyentes-en-twiter/] señaladas por los lectores y por Otro Ángulo.]


Eso de “marcar tendencia”
En Twitter se afirma que el propietario de una cuenta “marca tendencia” cuando logra que varios usuarios retomen #SuTema para difundirlo, o mencionen directamente al generador del mensaje, apoyándolo o rebatiendo sus ideas. Todo cuenta, todo se suma, y el número final determina si ese personaje “marca tendencia”.


Cabe señalar que a algunos les gusta incitar al público con mensajes insolentes o políticamente incorrectos (despóticos, reaccionarios, racistas). Las herramientas que contabilizan la interacción en Twitter no distinguen entre elogios, dudas, asentimientos, críticas o insultos. Todo se añade a la cifra final. De manera que una embestida de repudio hacia un periodista podría colocarlo en la cima de las estadísticas.


Por supuesto, también contabiliza las menciones falsas mediante cuentas automotizadas, realizadas por granjas de bots (muy probablemente operadas por agencias de relaciones públicas).


[Gerardo Moncada]


miércoles, 20 de mayo de 2015

Elena Poniatowska en 12 estampas

19 mayo 2015.- Cumple 83 años Elena Poniatowska, ícono del periodismo, del compromiso con múltiples causas sociales, de la literatura como vaso comunicante con lo profundamente humano. Van unas cuentas estampas de su exhuberante vida.


           I.   Nace en Francia el 19 de mayo de 1932. La bautizan como Hélène Elizabeth Louise Amélie Paula Dolores Poniatowska Amor. Llega a México a los 10 años. Aprende español y realiza sus estudios de educación básica en escuelas privadas. También toma clases de francés, piano y danza. A los 17 años es enviada a Estados Unidos, internada en colegios católicos.

          II.   Regresa a México, toma clases de mecanografía y comienza a trabajar de secretaria bilingüe, oficio que pronto abandona para explorar el periodismo. En 1953 comienza a colaborar en el periódico Excélsior, donde publica una entrevista diariamente. Dos años después se pasa al Novedades.

         III.   Su estilo, caracterizado por una curiosidad candorosa, espontánea y directa, refresca el periodismo de la época, estancado en el acartonamiento, el disimulo de los problemas sociales y el oficialismo. Su prosa es limpia y logra transmitir el ánimo y el pulso de sus entrevistados, que terminan confesando aspectos desconocidos. En sus escritos se percibe el arte de escuchar, diría Octavio Paz.

        IV.   En 1962 trabaja como asistente de Oscar Lewis, uno de los creadores de la “escritura testimonial”. A partir de esta experiencia, que marcará su trayectoria, Poniatowska emprende un trabajo de largo aliento mediante una serie de entrevistas a una mujer humilde que utiliza como base para escribir una novela donde lo social y lo político van de la mano de la historia personal. Publicada en 1969 con el título Hasta no verte Jesús mío, confirma ante el público las cualidades literarias de Poniatowska.

         V.   Con el movimiento estudiantil de 1968 lleva esa técnica hasta el límite para crear un relato polifónico: La noche de Tlatelolco, publicado el 1971. La audacia al abordar temas “de los que no se habla”, y hacerlo a través de los testigos, crea grandes fisuras en el hermetismo institucional.

        VI.   Aborda la guerra sucia y la represión en los reportajes que dan cuerpo a Fuerte es el silencio (1980). Elena ya es un referente del periodismo crítico y comprometido. Se interesa en movimientos comunitarios, laborales y de género, así como en la creación artística. Combina la publicación de entrevistas y crónicas, con labores de investigación para redactar ensayos y con la escritura de textos literarios.

       VII.   En la década de 1980, en la cima del prestigio periodístico, decide enfocarse en la literatura. “Creo haber ganado el derecho a escribir lo mío”, dice. Pero un hecho dramático sacude su “sentido del deber” y vuelve, para abordar el terremoto de 1985 en la ciudad de México. Las estrujantes crónicas publicadas en La Jornada, darán cuerpo al libro Nada, nadie. Las voces del temblor, publicado en 1988.

      VIII.   Es unánime el reconocimiento a sus cualidades periodísticas, pero Elena insiste en que la literatura ya es un camino sin retorno. Esto no es obstáculo para que exprese abiertamente sus ideas, sus críticas a la injusticia social, su solidaridad con las sectores desfavorecidos y su simpatía por la política de izquierda, lo cual le acarrea ataques del gobierno en turno, de columnistas e incluso de diplomáticos extranjeros.

        IX.   Poniatowska ha recibido 8 premios literarios incluidos el Rómulo Gallegos (2007) y el Nacional de Ciencias y Artes (2002). También cinco premios periodísticos, incluido el prestigiado María Moors Cabot (2004). Se la distinguido con siete premios y reconocimientos de corte social y con el doctorado Honoris Causa en nueve universidades nacionales y extranjeras.

         X.   En 2013 recibe el Premio Cervantes, el más alto reconocimiento para un escritor en lengua española. El jurado reconoce: “Brillante trayectoria literaria en diversos géneros [...] Su obra destaca por su firme compromiso con la historia contemporánea. Autora de obras emblemáticas que describen el siglo XX [...] Elena Poniatowska constituye una de las voces más poderosas de la literatura en español de estos días”.

        XI.   En 2013, tras recibir el Premio Cervantes, la prensa preguntó a Elena qué más le faltaba. Con su característico estilo, respondió: “Ya solamente me falta colgar los tenis” (morir).

       XII.   Pero en tanto llega ese momento, Elena sigue escribiendo y levantando la voz ante las injusticias, reclamando la presencia de la ética en la vida pública. En cada oportunidad, en cada foro, ha denunciado la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa en septiembre de 2014 y acaba de publicar un artículo cuestionando el encarcelamiento injusto de Nestora Salgado, líder de las autodefensas comunitarias de Guerrero. Dice ya no tener la misma fuerza, pero su conciencia social se mantiene inquebrantable.


miércoles, 6 de mayo de 2015

El cronista de la maquinaria del caos: Carlos Monsiváis

El 4 de mayo cumpliría 77 años uno de los principales cronistas del México de la segunda mitad del siglo 20 y el inicio del siglo 21: Carlos Monsiváis. Tenía inquietudes literarias y poéticas -relata su amigo Sergio Pitol-, pero la vida en México entre los años de 1950 y 1960 terminó atrapándolo en el periodismo cultural, el ensayo y la crónica.


Con un estilo prolijo, apretado, podía reunir en un párrafo elementos de crítica económica, teoría política, historia, sociología, cultura popular y un fino toque de sarcasmo.


No había fenómeno socio-cultural que le fuera indiferente y su don de la ubicuidad se volvió legendario.


En 1987, la presentación de su libro Entrada libre, crónicas de la sociedad que se organiza, causó un tumulto en la librería El Sótano, al sur de la Ciudad de México. El salón resultó insuficiente y Monsiváis aceptó la petición de la multitud, que cargó el estrado hasta el amplio estacionamiento para transformar éste en improvisado auditorio al aire libre.


Hacia finales del siglo 20 publicó Los rituales del caos, ensayo-crónica que analiza la ciudad de México como punto de convergencia demencial del México urbano posmoderno: “El reposo de los citadinos se llama tumulto”.


“De golpe parece que todos los automóviles de la tierra se concentrasen en un punto para avanzar sin avanzar, mientras el embotellamiento es ya segunda naturaleza del ser humano, es el afán de llegar tarde y a buen paso al Juicio Final, es la prisión en crujías móviles, es el cubículo donde se estudia la radio, universidad del aquietamiento”…


“La élite se resigna, da por concluido su libre disfrute de las ciudades y se adentra en los ghettos del privilegio”…


También pasa revista a diversos fenómenos culturales generados por artistas comerciales: “En el estudio de televisión, gracias a la magia de las pistas, las estrellas juveniles fingen cantar mientras, debido a los placeres de la autohipnosis, los asistentes fingen delirar, y merced al hechizo de la automatización, el conductor (animador) (comunicador) finge recibir con júbilo a la voz privilegiada que, a su vez, finge haber recibido clases de vocalización. Y en la transmisión remota el sortilegio se acrecienta”…


El espectáculo boxístico, cuando el campeón mexicano enfrenta a un extranjero y el país vuelve a ser, por un instante, la Nación: “Si hay locura, valió la pena venir y uno desquita la entrada legalizando el motín de los sentidos. Se grita para tener la garganta en forma y ser el sparring del alboroto propio”…


Monsiváis desmenuza el imaginario colectivo que mantiene viva la veneración del Niño Fidencio, la Semana Santa en Iztapalapa, las peregrinaciones para pedir ayuda a los brujos de Catemaco o para cumplirle a La Guadalupana, con la omnipresencia del gran tótem, la TV. “Dos potencias de fin de siglo se encuentran y se unen en el lapso breve que antes llamaban, a falta de siglas y abreviaturas, eternidad. En la tele, la multitud pertenece al espectáculo de un modo que jamás prohijarán los templos”…


También está el furor masivo por el Mundial de Futbol, los sonideros y los salones de baile. Y es que incluso la marginalidad pronto se vuelve multitudinaria (Tianguis del Chopo). Sin embargo, en los espectáculos no caben todos y sólo algunos tendrán el privilegio de estar en el concierto del cantante del momento. Es la sociedad segregada en la que todos pueden abrazar el nacionalismo kitch de los calendarios con cromos de Jesús Helguera, pero pocos tendrán el goce de recibir los elogios pagados en la revista Hola.


Es el México que transita hacia un nuevo siglo y hacia un terreno confuso, atiborrado, siempre al borde del colapso o el estallido.


Monsiváis explica: “El caos al que aluden estas crónicas se vincula, básicamente, a una de las caracterizaciones más constantes de la vida mexicana, la que señala su ‘feroz desorden’. [Pero] la descripción más justa de lo que ocurre equilibra la falta aparente de sentido con la imposición altanera de límites. Y en el caos se inicia el perfeccionamiento del orden.


“En el centro, el consumo. En el mundo de las grandes supersticiones contemporáneas, la compra y el anhelo de compra se han convertido en el don para reflejarse en el espejo del prestigio íntimo, y, en el juego donde las imágenes son lo esencial, lo que se alaba es la creencia en el consumo (de fe, de atmósferas privilegiadas, de sensaciones únicas, de productos básicos y superfluos, de shows)”… La adquisición es “olvido instantáneo de lo adquirido”…


Y como complemento inevitable: el espectáculo.


Releer a Carlos Monsiváis ayuda a descorrer el velo y desnudar el andamiaje detrás del espectáculo montado por artistas, televisoras, partidos políticos, gobiernos, élites sociales; refresca la mirada, el entendimiento de lo aparentemente confuso, impenetrable, la identificación de correas de transmisión impuestas por el poder y asimiladas por los demás.


“Hoy se extingue la utopía de los pocos-pero-representativos […] Ahora la legitimidad es asunto de números, en la estadística suelen hallar los enterados la validez de una creencia y lo que no se multiplica traiciona la razón de ser del mundo contemporáneo”…


A pesar del sarcasmo ácido, Monsiváis daba espacio a la esperanza colectiva: “La diversión genuina escapa de los controles, descree de las bendiciones del consumo, no imagina detrás de cada show los altares consagrados del orden. La diversión genuina (ironía, humor, relajo) es la demostración más tangible de que, pese a todo, algunos de los rituales del caos pueden ser también una fuerza liberadora”.


Hoy, seguramente Monsiváis estaría documentando esta fuerza en las calles y en las redes sociales.


[Gerardo Moncada]