Observar
el proceso de conectividad y uso de internet en México desde el enfoque de las
empresas que brindan consultoría técnica a los gobiernos y a las corporaciones
proporciona aspectos de interés para el análisis. Veamos el caso del reporte
“¿Qué tan conectado está México?”, elaborado por el Gabinete de Comunicación
Estratégica (GCE), empresa de encuestas presidida por Liébano Saénz, político
que alcanzó la cima en el gobierno federal entre 1994 y el año 2000, cuando
fungió como secretario particular del presidente Ernesto Zedillo.
El
reporte se basa en las respuestas de 49 mil 600 propietarios de teléfonos
móviles en las 32 entidades del país y en las 76 ciudades más pobladas, lo cual
establece varios filtros: desde la depuración de la base de datos telefónica y
el sesgo establecido por las preferencias de los usuarios de celulares (como el
uso de WhatsApp), hasta la baja consideración de ciudades menos pobladas y de
personas que al carecer de telefonía usan servicios públicos de internet. No
está de más señalar que la consulta fue realizada entre el 10 de junio y el 7
de julio de este año, tras la marejada virtual de críticas al Gobierno Federal
por los escándalos de corrupción y los torpes intentos por dar carpetazo al
caso Ayotzinapa.
Con
tales parámetros, veamos algunos resultados del GCE acerca de la conectividad
en México.
-Que
las edades con mayor conexión a internet son de 18 a 29 años (33.2%), seguidos
de 30 a 39 años (22.8%) y 40-49 (20.2%).
-Que
el dispositivo más común para conectarse es el smartphone 39.1% (previsible en
una encuesta realizada a celulares), seguido de la computadora de escritorio
(34.9%), la laptop (15.1%) y la tableta (5.8%).
-Que
el 47.9% de los internautas mexicanos tienen estudios de licenciatura (¡vaya
sesgo en la encuesta!) y 31.1% bachillerato.
-Que
el 47.7% es de clase media baja, el 27.7% de clase media alta y el 23.3% de
clase baja.
-Que
lo más consultado en internet son las redes sociales (19.8%), información
académica y educativa (17.4%), información diversa (11.6%), noticias (10.6%) y
temas de trabajo (6.8%).
-Que
el grupo más numeroso permanece conectado de 1 a 2 horas al día (37.2%),
seguido del que está 2-4 horas (21.7%) y el que pasa 4-8 horas (18.7%).
-Que
el 80.5% de los internautas usa a diario las redes sociales.
-Que
sus preferencias en redes sociales son: a) enterarse de lo que hacen
amigos/familia, b) informarse de sucesos políticos o públicos, c) compartir
denuncias ciudadanas, d) ver y compartir videos/chistes/memes, e) criticar el
trabajo de las autoridades, f) enterarse de rumores o chismes.
-Que
las redes sociales más utilizadas son Facebook (74.2%), WhatsApp (12.4%), Twitter
(7.4%), correo electrónico (3.4%), Google+ (1.8%) y Youtube (0.8%).
Cada
apartado del reporte de esta encuesta cierra con dos preguntas. La primera es
significativa por la inducción de la duda: “¿Usted cree que la información
sobre temas políticos o públicos que se publica en redes sociales es confiable
o no es confiable?” El 62.8% responde que no es confiable.
La
segunda pregunta es más adecuada para una encuesta que pretende objetividad:
“De la información que usted ve o escucha en TV, radio, periódicos, revistas o
internet, ¿a cuál medio le cree usted más?” La respuesta fue: a internet
(27.9%), seguido de la televisión (24.8%), periódicos (23.5%), radio (13.4%).
Estos
datos son los promedios generales; algunas variaciones aparecen en las diferentes
regiones. [El reporte está en:
http://en2015.gabinete.mx/static/conectividad/Conectividad_mexico_2015.pdf]
En
la introducción de este documento, Liébano Sáenz se ufana de aplicar la
encuesta entre usuarios de celulares. En vez de considerar esto un sesgo hacia
un tipo de público, lo considera una innovación: “Comprendimos que el proceso
tradicional de encuestas cara a cara apuntaba a la obsolescencia -aunque hoy
muchos en nuestra industria todavía aplican el modelo de hace 20 años-”.
Conviene
señalar que la insistencia en usar el modelo de hace 20 años tiene una razón:
en dos décadas se han profundizado las diferencias sociales y económicas en el
país, de manera que si se desea tener un retrato real de México es necesario
recabar datos de todos los sectores, incluso de aquellos que carecen de un
smartphone.
En
este sentido, los datos que maneja el Banco Mundial son contundentes: sólo 44.4
de cada 100 mexicanos tienen acceso a internet. Es decir, más de la mitad no
tiene acceso. Esa es la dura realidad de nuestra conectividad. En mejores
condiciones que México se encuentran 102 países [ver la tabla global en:
http://datos.bancomundial.org/indicador/IT.NET.USER.P2].
Sáenz
también habla de ir más lejos, de “romper paradigmas” para entender las nuevas
dinámicas sociales en México. Pero ni siquiera alude a los insuficientes
programas oficiales para impulsar la conectividad, programas que han mostrado
un declive en los últimos años [ver: http://www.otroangulo.info/?p=1180].
Tampoco hace referencia a fenómenos recientes como la tecnocensura, los ataques
con cuentas automatizadas (bots) en Twitter y el hackeo de sitios informativos
independientes (Aristeguinoticias, Sinembargo, Proceso). [Ver:
http://www.otroangulo.info/?p=586]
Omitir
estos aspectos impide tener una visión realmente innovadora y vanguardista de
internet en México, y acentúa los sesgos en el entendimiento de este entorno.
[
Gerardo Moncada ]
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